Conversemos brevemente sobre este modelo psicoterapeútico que tanta satisfacción me da en mi labor diaria, debido a su alta eficacia clínica y beneficio significativo para el paciente y su calidad de vida.
La sigla EMDR proviene del inglés “Eye Movement Desensitization and Reprocessing”, es decir que se trata de un proceso de desensibilización y reprocesamiento a través del movimiento ocular.
La psicóloga estadounidense Francine Shapiro ( 1948-2019) fue quien creó esta corriente psicoterapeútica, con la que inicialmente se trataba a pacientes con estrés post traumático.
En el año 1990, es cuando Shapiro comienza a utilizar el EMDR como tal, fundamentalmente con soldados y ex combatientes de guerra que se veían fuertemente afectados ( sintomatología psicp-física; trastornos del sueño, imágenes y flashbacks invasivos, sordera, ceguera, etc) por el trauma psíquico ocasionado en la situación bélica.
Luego su aplicación comenzó a extenderse a todo tipo de población, dolencias y sintomatología, siendo hoy una herramienta de suma importancia en mi práctica clínica.
¿En que se basa ?
Más allá del reprocesamiento de memorias desadaptativas (situaciones que sobrepasaron los recursos de afrontamiento de nuestra psiquis y “quedaron mal guardados”,) que se realiza mediante el movimiento ocular, EMDR plantea una concepción de ser humano y de trabajo diferente al resto de los modelos psicoterapeúticos.
Es decir que, independientemente de que estemos realizando o no el reprocesamiento, nuestra visión, enfoque y encare de quien consulta como Psicoterapeutas EMDR está basada en el concepto de Sistema de Procesamiento de la Información a Estados Adaptativos ( SPIA).
Es decir que tanto en la patología como en la salud, nuestro cerebro almacena la información proveniente de nuestras experiencias, siendo que el tratamiento de EMDR apunta a aquellos recuerdos que han sido guardados en forma disfuncional, es decir que no fueron procesados en forma adecuada.
En este sentido, el objetivo del EMDR es reprocesar esos recuerdos desadaptativos, liberar al paciente de su sintomatología y malestar actual generando nuevas redes de asociación neuronal funcionales, positivas y adaptativas a sus objetivos y a su vida.
Esto impacta directa y positivamente en la calidad de vida del consultante.
¿A quiénes se puede aplicar?
EMDR puede utilizarse con niños, adolescentes y adultos en general, exceptuando aquellas personas que padezcan dificultades neurológicas o en la movilidad ocular significativa.
Características de este abordaje
Se trata de un modelo de trabajo mínimamente verbal, en el cual no es necesario que el paciente relate el detalle de la situación, ya que en ocasiones quien consulta no recuerda lo sucedido exactamente o no asocia en forma espontánea el malestar actual con alguna situación del pasado.
Se utiliza un protocolo con una serie de preguntas concretas y muy específicas, donde en ocasiones el paciente no recuerda el detalle exacto del evento. Información que no es imprescindible para avanzar en el proceso.
No obstante, es posible acceder a ese material e información mal almacenada en el cerebro, mediante el movimiento ocular estandarizado.
Casos tratados exitosamente con EMDR:
Estrés Post Traumático (accidentes de tránsito, robos, desastres climáticos, etc)
Fobias Específicas
Ataque de Pánico
Trastornos de Ansiedad Generalizada
Ideas obsesivas
Trastornos de Ansiedad Específicos
Depresión
Problemas de Conducta
Problemas de Autoestima
Dolor Crónico
Duelo
Autoestima
Abuso sexual
Violencia física/psicológica
Síntomas físicos sin explicación Médica
Dolores de cabeza, migraña.
Dolor del miembro fantasma
VENTAJAS DEL EMDR
Se trata de un método comprobado científicamente y considerada como por la Organización Mundial de la Salud (2013) como “un tratamiento de nivel A para trauma” en niños, adolescentes y adultos”
Se utiliza un protocolo (americano) estandarizado y metódico que guía y orienta el proceso
El tiempo de duración del tratamiento es sensiblemente menor en comparación con otros abordajes psicoterapeúticos, incluyendo la Terapia Cognitivo Conductual.
No requiere de descripciones detalladas del evento, ni cuestionamiento directo sobre el suceso en cuestión.
No requiere de tareas domiciliarias como en el caso de la Terapia Cognitivo Conductual
Es posible trabajar el malestar físico, trastorno o dolencia aún con un paciente que ya se encuentra en un proceso psicoterapéutico con otro colega, pero desde otro abordaje. En estos casos se suspende esta consulta durante el reprocesamiento cerebral, regresando luego con el profesional de cabecera.
Si bien se trata de un modelo de trabajo que se puede adaptar a las necesidades del paciente en cuanto a focalizarnos en un motivo de consulta o evento especifico o a realizar un abordaje integral y más abarcativo.
En todos los casos, se generan beneficios en la calidad de vida del paciente, que incluyen su aquí y ahora y su futuro, mediante el anclaje de nuevas redes de memoria adaptativas y positivas.
Estas son algunas de las razones por las cuales cada vez más los pacientes deciden consultar y comenzar con el abordaje de EMDR.
Si te sientes identificado con alguna de las categorías clínicas o vivencias mencionadas anteriormente, o te experimentas un malestar específico que está afectando negativamente tu bienestar integral y calidad de vida, no dudes en consultarme.
Con cariño,
Sabina
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