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¿Sabías que podés optimizar el rendimiento de tu cerebro y potenciar su funcionamiento?



El cerebro es a mi entender uno de los órganos más importantes del organismo, ya que de él dependen nuestras funciones ejecutivas, desde las más básicas hasta las llamadas “superiores”, dentro de las que se destacan; la memoria, la capacidad de incorporar nuevos conocimientos y por consiguiente de aprender, la atención, la concentración, así como también; la planificación, organización, toma de decisiones, estilo de pensamiento, patrón de conductas y reacciones y gestión emocional, entre otras.


Cabe destacar, que el cerebro es el responsable de analizar tanto la información novedosa como las distintas situaciones vitales que se nos presentan y finalmente regular y coordinar nuestros pensamientos, emociones, percepciones, reacciones, conductas, estilo comunicacional y movimiento corporal. Claro está que su desarrollo y sofisticación nos diferencia de los animales y de sus reacciones instintivas y primitivas.


Debido a lo anteriormente expuesto es que necesitamos proteger nuestro cerebro del deterioro cognitivo propio del paso del tiempo pero además y en edades más tempranas, generar hábitos saludables que tengan un impacto positivo directo en este órgano.

A continuación, detallo una seria de conductas que seria deseable incorporar a nuestra rutina, generando un estilo de vida consciente, tal y como lo hemos conversado en otras oportunidades.


Hábitos psico-físico saludables:

  • Control del pensamiento: Nuestro pensamiento es la base de nuestras emociones y de nuestro modo de reaccionar y actuar ante las distintas situaciones. Nos sentimos de acuerdo a cómo y qué pensamos, por lo que nuestro estilo y patrón cognitivo son fundamentales para nuestro equilibrio emocional. - Primer paso: identificar la presencia del pensamiento negativo o catastrófico - Segundo paso: realizar la técnica del” Stop del pensamiento”, generando actividades gratificantes que sean incompatibles con ese tipo de pensamiento; darse una ducha, mirar por la ventana, salir al patio, mirar redes sociales, comer algo rico, etc. - Tercer paso: dar batalla y “luchar” con este tipo de pensamiento cada vez que aparece hasta que este disminuya su frecuencia e intensidad, hasta su desaparición total.


  • Favorecer el optimismo: es decir visualizar y destacar aquello aspectos positivos en cada situación y experiencia que se presente.  


  • Control de tu voz interior negativa: Esa voz tiene que ser tu aliada y no tu enemiga. Cada vez que esa voz te critique, te castigue o cuestione cada acción o comentario que realizas es necesario que la detectes y la transformes positiva y alentadora.


  • Regular los niveles de estrés y ansiedad: vivir en el tiempo presente, conectando y disfrutando con el “aquí y ahora” evitando focalizar nuestro pensamiento en el futuro; en el día de mañana, la semana próxima o dentro de algunos años.


  • Conectar con la gratitud y el agradecimiento en forma diaria y preferentemente al inicio de la jornada: previo a levantarse de la cama realzar de 4 a 6 respiraciones profundas, agradeciendo por todos los aspectos positivos, logros y por todo aquello que desees agradecer.


  • Ejercicio físico: específicamente caminar, ya que está comprobado científicamente que fortalece la memoria, ya que activa el hipocampo a nivel cerebral. Lo ideal sería realizar una caminata consciente, donde además del mover el cuerpo, conectamos desde nuestros 5 sentidos con el entorno y los distintos estímulos que se encuentran en el ambiente. Favoreciendo la regulación de la ansiedad, favoreciendo la atención plena en el “aquí y ahora”. 


  • Meditar: Realizar una meditación en forma diaria, además de colaborar naturalmente en la autorregulación de niveles de estrés y ansiedad va a favorecer nuestra capacidad atencional, ya que esta es la premisa básica para poder meditar. En cada meditación obligamos al cerebro a concentrarse y mantener la atención en la respiración y las distintas sensaciones corporales.


  • Vida social activa: Resulta de vital importancia mantener el contacto humano, interactuar con otras personas oficia de neuroprotector a nivel cerebral, incluso la ciencia ha descubierto la relación directa entre una vida social activa sistemática y una mayor expectativa de vida. El cerebro fortalece sus conexiones neuronales gracias a la permanencia de vínculos sociales.


  • Incorporar nuevos conocimientos: El hecho de aprender nuevas disciplinas o nutrirse de información de áreas diferentes a las que manejamos habitualmente, como puede ser un idioma, inteligencia artificial, etc., resulta sumamente positivo para mantener al cerebro activo y en con un funcionamiento óptimo. El simple desafío de comprender y asimilar nuevos conceptos y práctica multiplica las conexiones neuronales y fortalece las ya existentes. 

  • Leer: Realizar una lectura de material novedoso, interesante y que requiera “un pienso” y el movilizar al cerebro de su zona de confort, es decir evitando lecturas de tipo superficial y cuyo objetivo sea el mero entretenimiento a modo de pasar el tiempo. “Algunos autores sostienen que la lectura es al cerebro lo que el ejercicio es al físico”


Cabe señalar, que estos hábitos se encuentran al alcance de todos, son acciones gratuitas cuya única dificultad radica en su implementación diaria, lo que se logra con entrenamiento, perseverancia y constancia.

Espero que sean de utilidad y que puedas beneficiar y optimizar el funcionamiento de tu cerebro.


Con cariño,

Sabi

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