TU IMAGEN COMUNICA
¡Los seres humanos siempre estamos comunicando!
Parece un cliché, pero es real, aunque no emitamos sonido y nos mantengamos callados, nuestra postura corporal, lenguaje gestual y presentación comunican un mensaje específico en los distintos ámbitos en los que nos vinculamos.
Allí radica la importancia de que tu presentación se encuentre en concordancia con lo que realmente deseas transmitir.
En este sentido, resulta necesario un buen nivel de auto observación, criticismo constructivo y auto análisis para evaluar si lo que estas proyectando hoy es lo que efectivamente quieres mostrar.
Tu imagen personal es tu carta de presentación, hasta podríamos hacer una analogía con nuestro documento de identidad, siendo que las personas que recién te conocen, toma en cuenta los primeros 15 segundos para elaborar un concepto sobre tu persona. De allí la conocida frase: “La primera impresión es lo que cuenta”
Aunque suene despiadado y hasta quizás cruel, disponemos de tan solo 15 segundos para brindar una imagen asertiva y funcional a nuestros objetivos, ya sea en el ámbito corporativo, profesional, familiar, o personal. Ese es nuestro momento y nuestra oportunidad para desplegar nuestras características de personalidad más destacadas.
En ocasiones, el tema de la imagen personal puede confundirse erróneamente con algo frívolo, trivial, superficial y”fashionista”.
A pesar de ello, debemos destacar que se trata de un aspecto muy importante desde el punto de visto psicológico, ya que se vincula con la autopercepción, el verse bien y que el espejo me devuelva algo satisfactorio y finalmente con la autoestima y aquello que estamos brindando hacia el exterior.
Si hablamos de comunicación, cabe señalar que el 93% es no verbal y dentro de este porcentaje el 55% corresponde a tu aspecto físico y presentación personal, lo que se relaciona íntimamente con: tu peinado, color de cabello, maquillaje, manos, vestimenta, estilo comunicacional y actitud general.
Recordemos que vivimos en un mundo hiper visual, donde el 83% de nuestras decisiones están influenciadas por lo que vemos, siendo que además el ojo humano tiende a detenerse naturalmente en imágenes, lugares y personas armónicas, agradables y alineadas.
Existe un área de la Psicología, llamada Psicología del color utilizada habitualmente en spots publicitarios, marketing y difusión, donde cada color es asociado con el cerebro a distintos aspectos, emociones e impulsos.
En líneas generales el área salud se asocia con los colores verde y azul, así como los locales de comida rápida con los colores naranja, rojo y amarillo. Por supuesto que más allá de estos colores y su impacto en el cerebro del cliente o usuario, debemos tener en cuenta a nivel personal si nos sentimos identificados con ese color y si nos sienta bien.
¿Qué aspectos transmite mi imagen personal?
Nivel socio-cultura
Nivel económico
Bienestar personal
¿Otros elementos que se comunican a través de ella?
Estados anímicos
Emociones
Estilo de Pensamiento
Seguridad y autoconfianza
Tranquilidad
Sabiduría
Responsabilidad
Confiabilidad
Dinamismo
Jovialidad
Flexibilidad / Rigidez
Creatividad
Grado de cercanía
Calidez
Empatía
Utilicemos un ejemplo concreto un tanto radical. A modo didáctico te sugiero ir respondiendo las preguntas planteadas:
Tienes consulta por primera vez con un médico al cual no conoces, quien se presenta ante tí con la túnica manchada con sangre, despeinado, con cara de cansado, sus zapatos en muy mal estado y los jeans gastados.
¿Qué primera impresión te causaría ese profesional?
¿Te inspiraría confianza, seguridad y tranquilidad?
¿Qué es lo primero que sobreviene a tu mente?
¿Con qué imagen te quedas y qué balance surge, es positivo?
¿Concurrirías nuevamente con este profesional o preferirías cambiar de médico consultante?
Contame, luego de dar respuesta a estas interrogantes, ¿a qué conclusión arrivaste?
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, te propongo vincularte con tu autoimagen desde un lugar consciente, para que logres expresarte de manera efectiva y auténtica, así como reflejar tu esencia, alcanzado tus objetivos.
Con cariño,
Sabina